lunes, 29 de octubre de 2007

Almas Mugrientas, por su cantante Nacho Oviedo (Parte I)


En una entrevista exclusiva para cajitasmusicales, contó el pasado, presente y futuro de la banda.

Ignacio, el “Gordo” en nuestras épocas de colegio primario, me recibe en la sala en donde él y Almas Mugrientas ensayan semana a semana limando las últimas puntas de su primer disco. La sala está rodeada de equipos prestados, amplificadores, cajas, la batería y una computadora en donde cada integrante graba cada paso para poder luego ensayar sin depender de la coincidencia de horarios. Hay un poster gigante con la publicidad de la vuelta de Almas el 28 de Octubre de 2006, el recital en La Colorada que marcó el regreso de la banda tras un tiempo fuera de los escenarios en la búsqueda de nuevos integrantes.

La conversación se desarrolla en soledad en la misma sala, comiendo algunas galletas, rememorando la infancia pasada y compartida. Fue tomar la chocolatada con un amigo de 10 años, agregándole un grabadora, barba, y restándole pelo en los dos bandos. Nacho trabaja en un banco y estudia abogacía, caminos que poco tienen que ver con el rock que lleva en la sangre. Estudia canto hace 5 años, y da clases hace un par. Ama lo que hace, se nota en su actividad cotidiana, en su voz, en el énfasis que le pone a cada descripción que hace.

Para cualquier persona que no haya escuchado, que no tenga ni idea de lo que es Almas Mugrientas, que nunca leyó un graffiti, una pintada, en pocas palabras definí a Almas.

Es una banda de rock, muy versátil, pesada por momentos, suave por otros. Creo que con bastantes matíces, o al menos es lo que buscamos. Y con letras copadas, que no tienen un mensaje directo, pero tienen mucho de interpretación personal, según el día y los estados de ánimo, enfoques distintos, ideas distintas. Es una banda que tiene mucho para decir, y que para mi es diferente, que no hay. Así que se la vendería a alguien, le diría “escuchá esto porque es novedoso”. Así de simple. Hay baladas tranquilas y también momentos de violencia. Le veo por ahí un poco eso y un toque por ahí más de voladura, más progresivo.

¿Influencias de otras bandas o estilos, más allá del rock?

Hay bastante tango metido en el medio, siempre sin perder la línea del rock, y siempre tocado heavy, por decirlo de alguna manera. Las influencias personales son las que terminan influyendo, todos tenemos músicos o bandas de cabecera. Son referentes en lo musical y hasta a veces en la forma de hacer las cosas. Somos muy variados, el Negro (guitarra), Juan (batería) y yo somos bien rockeros así que te diría que venimos de ahí, del palo de los Gun´s and Roses, un poco más heavy Deep Purple, más moderno y progresivo Dream Theater. Después Nacho (teclados) es un poco más jazzero, el Tucumano (bajo) también, no son tan rockeros en sus raíces y en su esencia, pero bueno, entre toda esa mezcolanza sale Almas Mugrientas.

Almas Mugrientas recorrió un camino demasiado largo para llegar al puerto en donde debía haber anclado hace un tiempo, la dársena del primer disco. Nació en los primeros años de la década pasada, pero el rock no siempre fue hacia donde quiso la banda. Las ganas no son proporcionalmente al resultado. Los cambios constantes y la puerta giratoria de los integrantes picaron el agua. Con dos socios fundadores en pie, el Negro (guitarra) y Juan (batería), en este 2007 llegan a la grabación de su primer disco después de años de tormentas en su mar.

¿Cómo está hoy Almas, en qué andan? ¿Los estados ánimo?

El estado de ánimo está exaltado. Estamos a 25 días de grabar el primer disco, así que con el ánimo efervescente y con mucha expectativa, mucha ilusión puesta en el medio, sabiendo que siempre hay errores que se cometen en las primeras experiencias. Esperando equivocarse lo menos posible porque sabemos que el error es inevitable ante lo nuevo. Con un poco de nervios, pero más que nada con expectativa y la alegría de un momento así, que es muy esperado. Juan y el Negro se comieron cinco años de tener una banda que no existía, porque eran ellos dos, porque no había cantante ni siquiera. Imaginate, esto es como el Ave Fénix, sentís como que resurgió de las cenizas. Los temas puede que queden nueve pero en principio son diez, y es lo que se viene tocando porque ya pasó por todos los filtros posibles, por todas las pruebas y error, por todos los cuestionamientos y cosas que se puede pasar. Son los que la gente está esperando escuchar bien.

lunes, 22 de octubre de 2007

Soda no se murió


Después de diez años, Soda Stereo volvió vivo. Fluorescente azul…

Hacer cinco estadios de River es algo que solo los Stones habían logrado. Es la primera banda argentina en conseguirlo, y a pesar de que muchos dirán que los Redondos lo podrían lograr, las frías estadísticas gobiernan el párrafo. La primer duda que aparece es ¿cómo hicieron para llenar cinco estadios después de diez años? Las posibles respuestas:

  • De la realidad a la historia, de la historia al mito. “Último Concierto” paseó por las casas de seguidores propios y ajenos, tendiendo un registro en vivo por última vez, acrecentando los potenciales fans.
  • Hay una generación que nunca los vio. Creció con sus canciones pero nunca fueron a un recital de Cerati, Zeta y Charly. Por eso se vieron personas de 40 años hasta chicas de 15, con peinados altos y bien vestidas como si fueran al Gran Rex.
  • Soda es una banda de rock para todos, con acordes sencillos, canciones pegadizas y felling con el público. No son grandes músicos, pero “las buenas canciones son las que quedan”. Y cuentan con un Gustavo Cerati en su mejor momento, siendo uno de los mejores guistarristas rítmicos del país y por qué no del mundo. Un tipo que no te va a volar la cabeza con un solo, pero que siempre va en pro de la canción. (Pro no es una mala palabra, dependiendo de quién la use claro).
  • Son una de las bandas más reconocidas de Latinoamérica. Influyeron en gran medida en el rock - pop de México hasta Tierra del Fuego en los últimos veinte años. Explican el éxito latinoamericano de Babasónicos.
  • No olvidemos que juntaron en más de una oportunidad 200 mil personas en diversos recitales callejeros, que supieron llenar Vélez, y que hicieron 8 Obras seguidos.
  • Revolución: “Signos” fue el primer disco nacional editado en CD.
  • Revolución 2: Graban el video clip de “Dietético” antes que su LP, nada común para esa época.
  • Seguramente algunos más. Se escuchan opiniones.

Respondieron a la convocatoria, comenzaron con sus shows de manera impecable. Prolijos, con invitados o sin ellos, llenan el estadio de música. No son virtuosos, ninguno de ellos, pero rítmicamente son excelentes, lo saben y lo explotan al máximo. La clave de Soda es entonces, el ritmo.

Son tres divos, pero no se les pide otra cosa, desde su comienzo lo fueron. No imaginamos a Zeta pisando pollitos con sus botas marrones hasta la rodilla. Lo visual es parte de la columna vertebral del show y de su música. Las seis pantallas arriba del escenario jugaron con “P-I-C-N-I-C” y después con el resto de los temas.

La lista fue y volvió entre hits y temas de fanáticos, dejando afuera así por ejemplo “Ella uso mi cabeza como un revolver”. Algo que si quieren, puede ser criticable.

Se conocen, saben de su escencia, cierran los ojos y están juntos los tres. Es como si se hubieran visto todos los días desde hace 10 años, a pesar de que después del último concierto no se vieron las caras por 5 años, y hasta se fueron sin saludar.

Latinoamérica creció musicalmente con Soda Stereo, otro brindis entonces. Burbujas…

domingo, 14 de octubre de 2007

Pastillas, yogurt y flan. Piti Fernandez (Parte III)

-Tercera y última parte-

¿Qué diferencias notas entre las dos personas que te marcaron musicalmente, Joaquín Sabina y el Indio Solari?

Es la ambigüedad que tienen. Lo abstracto es lo que tiene el Indio y Sabina lo concreto, y lo bueno que tiene de poner afuera. Del afuera y del adentro, los porcentajes son diferentes, y eso es lo bueno, que haya dos maneras distintas de hacer las cosas. Joaquín se centra mucho en que la persona entienda, lo suyo pasa por eso, pasa por que la gente pueda entender, de cualquier status social y de cualquier lado. Y el Indio es distinto, centrándose más en lo interno, como diciendo “digo las cosas como a mi me parecen”, y sin embargo si llegó, porque también está la intención de llegar a la otra persona al hacerlo público.

¿Cómo escribís? ¿Cómo escribe la banda?

Al principio era muy era frecuente no escribir nada por dos meses, nada ni tocar la guitarra. Y en una noche vomitar una canción. Hasta que un día hice un tema, y lo escribí, todo así como poesía, y después le puse la música arriba de una música de otro chabón. Después solo se fue dando, que cayó alguien y me dijo “tengo esta letra, ponele música” y un amigo me había traído una música que a mi me encantaba y entonces se la puse. Y ahora ya es un quilombo. La última canción que hice, también hice la letra sola, y tengo tres músicas sin letras, voy probando cada música arriba de esa letra para ver cuál va mejor. Hoy es diferente, tal vez porque tengo más tiempo también. En otro momento, yo laburaba, iba de cadete, volvía, y por ahí un día que tenía media hora y muchos sentimientos encontrados escribía, me salía un tema. Y después seguía la vida. Hoy al tener más tiempo por ahí hago un tema, o hago dos temas en un día, música estoy hablando. Y por ahí al otro día me pinta por escribir, y como tengo tiempo también y hago lo que me gusta, escribo dos o tres cosas distintas y después pruebo una música con otra, tengo tiempo para experimentar.

Volviendo al comienzo, ¿qué crees que les falta en relación con hasta dónde quieren llegar? Alejandro siempre dice que “¡A River!”.

Si, él se la pasa diciendo eso. Si, creo que a River, y si puede ser más también. A mi me gustaría mucho que haya un mensaje, que haya tal compromiso, que Latinoamérica se sienta identificada. Mínimo Latinoamérica, si me preguntás a mi. Ale piensa en River, yo también pienso en River, antes que nada. Es más antes que nada pienso en Ferro.

Y así se fue Piti, con el pote de flan vacío en búsqueda de la salud perdida. Pero el recipiente de las ideas lo mantiene claro y firme, al igual que la pasión sostenida hacia la música y al mensaje que intenta dar. Brindemos con el yogurt entonces, porque el rock que va de la mano con esta nueva camada, tiene asegurado un buen camino.

jueves, 11 de octubre de 2007

Pastillas, Yogurt y flan. Piti Fernandez (Parte II)

-Segunda parte de la entrevista-

¿Cómo es la relación con el público?

La relación con el público es muy cercana. Desde todo punto de vista. Eso es hermoso también, eso es muy lindo. Porque hay veces que me paso todo el show hablándole a la gente abajo que conozco, Cari, Charly, Pollo. Están todos ahí, mismo a veces son alguno de los temas que canto, “El Enano”, que está ahí abajo. No es que es el público. Muchas veces son los pibes, cada vez son más. Siempre fue así el trato con el público, pero bueno las cantidades fueron diferentes. Lo que cambió fueron las cantidades pero el trato con el público sigue desde Remembranza (local en donde tocaron por primera vez).

Comenta también historias de mails que le llegan, cartas. Se emociona contando sobre una chica anoréxica con la que fue a desayunar, y hoy está curada. Toma al público como sus amigos, intenta mantener esa relación de las primeras presentaciones, a pesar de que sabe que en cada recital se le hace, por suerte, un poco más difícil.

¿Cómo se fue formando Las Pastillas?

Desde los quince años con Alejando (el tecladista) y yo. El batero era Eduardo Siglioni, en el teclado esta Ale, yo estaba en la guitarra y voz, el hermano del Gordo estaba en la guitarra y el bajista era Pato Méndez. Pato en un momento dijo “yo quiero estudiar medicina, sé que ustedes la van a pegar, pero quiero curar gente”, estaba muy conciente el chabón. Entonces ya que vamos a buscar bajista y guitarrista, busquemos otro guitarrista más así dejo la viola porque soy un desastre. Yo estudiaba en el Sadem, el sindicato argentino de músicos. Hablé con Fer porque era uno de los pocos músicos que me parecía copado, porque yo tenía una cultura de calle que no iba con el neohippismo. Me pareció copado y trajo al Bocha que me pareció copado, lo trajo a Santi que me pareció copado. Después el Gordo se fue y abrió Los enviados de Thot, y ahí vino Juan Comas a la batería. Primero entró Juan y después entró Joel en saxo. Y ahí quedó conformado. Estuvimos desde los quince hasta los dieciocho, diecinueve, con la formación anterior. Hubo 6 o 7 meses de quilombo interbandístico y después 5 años con esta formación.

¿Para vos qué es rock barrial? ¿Un estilo de música o una forma de hacer música? A partir de esto, ¿qué significa el barrio para vos?

Cuando se habla de rock barrial, por lo menos a mi se me viene a la cabeza el tema de la lírica. Musicalmente hablando puede ser que se haya generalizado el rock and roll poco experimental como rock barrial. En cuanto a lo lírico, una cosa es la jerga por ejemplo. El hablar de fútbol, es un poco también un poco estar en el barrio, haber jugado en la vereda o en el parque hasta las 5 de la mañana. Y cuando se habla de barrio se habla de calle. Por lo menos es mi sensación. Y si la lírica es otra que no sea lunfardo, es mucho más probable que sea venida de un barrio más norte que sur. Y ya deja de ser barrio. Porque la palabra barrio se la adueñó un poco la clase media baja. Estaría mejor preguntárselo a Felix Luna todo esto, sabría bastante más que yo. Parece ser como si se hubiera estandarizado el rock and roll Viejas Locas, Ratones Paranóicos, más cuatro por cuatro, como si fuera de Boedo, y otro tipo de música como si no fuera barrial, como si fuera de Barrio Norte o Belgrano. Y también parece como si se hubiera estandarizado la lírica. Como que el lunfardo nació en la calle, nació en el barrio, nació en la clase media baja. Tiene mucho que ver con lo económico digamos. No puede pagarlo, lo consigue, lo busca. Lo crea. El que no puede pagar una cancha la crea mirando una calle, una vereda y esa misma es la cancha. Y eso es lo que quise decir, gente de barrio, gente de calle. Gente que en la calle crea lo que no puede pagar.

Piti filosofa sobre el barrio. Hay lectura detrás de su lectura, de su forma de apreciar la realidad. Con sus 24 años intenta formarse cada día un poco más para transmitir un mensaje completo, sin fisuras, y útil para el que lo quiera recibir.

martes, 9 de octubre de 2007

Pastillas, yogurt y flan. Piti Fernández (Parte I)


“Ya estamos metidos en la escena del rock y lo mejor de todo es que no pensamos bajar”

Entrevista al cantante de Las Pastillas del Abuelo

Juan “Piti” Fernández habló en exclusiva con cajitasmusicales.blogspot.com (medio independiente, dependiente de Chapultepec Rock Magazine). Contó el progreso de la banda, sus comienzos, las influencias, la dicotomía Sabina-Solari, y también el futuro de Las Pastillas. El rock barrial llega a su casa señora, así que no tiene que barrer nada, pero por las dudas escóndale la revista al abuelo.


Entra Piti a la sala de ensayo de Almagro una hora después de lo pactado, sonriendo al ver a los Nachos (cantante y tecladista de Almas Mugrientas) que me acompañaban. Después de varios besos y abrazos, sacó una bolsa con un yogurt y un flan, y ante los comentarios socarrones de los presentes explicó “La nutricionista me cambió la vida”.

Juan Fernandez es un tipo humilde, predispuesto a contestar todo sin problemas. Nombró a bandas amigas para ayudar, se mantuvo siempre con los ojos bien abiertos, atento, escuchando con suma atención cada pregunta, brindando su tiempo, sus ideas, sus visiones, sin callarse nada. Confiando en el otro como si existiera una relación previa. Es una persona con mucho para dar, mucho por decir, mucho por recorrer y en ese camino, mucho para mostrar y demostrar. El Piti es un tipo que rebalsa amor y sentimiento, dando besos, agradeciendo, siendo fisico con las manos, con la cara, con los ojos. Con estos matices empezamos.

Tratando de resumir lo que son Las Pastillas del Abuelo hoy: metieron siete teatros en un mes, la gira por todo el país, tienen dos discos en circulación, y también casi 50 temas dando vueltas por internet. Llegaron, están dentro de la circulación de bandas para pelearla. ¿Cómo te sentís? ¿Esperabas todo esto?

La sensación es de un sueño cumplido. A veces hay que hacer un ejercicio como para que se te caiga un lagrimón. Igual se te cae. Yo antes tenía un profesor que me decía “¿Estás contento?” Yo le decía si, “Bueno, informáselo a tu cara entonces”. Hay noches que me lo digo yo solo, y por estar en el cuarto de mi casa, en mi pieza, me pongo a llorar de la alegría. Lo que pasamos que fue un montón. Un montón duro y un montón hermoso, que no se va a poder repetir tampoco. El que te esté esperando una chica abajo del escenario, y no la conozcas y estés a un metro. Antes bajaba y bailaba trencito con las doscientas que había, eran todos amigos, era muy familiar y eso tampoco está, y eso se extraña también. Siempre están los pro y los contra, pero cumplir un sueño lo que tiene de maravilloso es eso, cumplí una meta. Llegué, a donde quería llegar llegué. Y eso te hace más grande. Ahora quiero cumplir otro sueño. Y después va a haber otro, y otro. Eso es lo que hace grandiosa a la vida, poder llegar para volver a partir. Hay un nombre que se está conociendo cada vez más y es conocido ya. Es medio raro, pero estamos ya metidos en la escena del rock. Lo mejor de todo es que no pensamos bajar, eso es fundamental.

No los conozco, no los vi nunca en mi vida, no sé quiénes son. ¿Qué hacen Las Pastillas del Abuelo?

Voy a ser muy cursi, pero hacemos música, esa es la verdad. Dentro de ella hay un montón de influencias. Hacemos un collage de influencias también. Y ya que decimos influencias, músicos y es tan general, podemos decir que se hace fusión también. Una fusión de siete estilos. Muchas veces choca, hasta a nosotros nos choca. Pero hay veces que digo “este tema tiene una batería que no me cabe”, pero es la batería que le cabe a Juan, es la batería de Rush por ejemplo. Que Fer pueda hacer, en un tema como “Algo de vos” un solo de Joe Satriani es una locura. Entonces el chabón es feliz con eso. Y Joel también. Que por ahí en un tema esquematizado como es “Algo de vos”, también o “Oscarcito” que es un tango, hace un solo de saxo que es una enfermedad, en “Oscarcito” que no tiene mucho que ver. Es muy ricotero, muy Willy Crook para “Oscarcito”, pero el chabón es feliz, eso tiene un valor terrible, está buenísimo. Es una fusión de siete estilos.